Querida Existencia:
Vuelvo de nuevo a ti un día después de escribirte por primera vez después de tanto tiempo para contarte que si ayer te decía que me enseñaras a ser mesurada y a no sér tan impulsiva hoy he dado ejemplo de todo lo contrario, pero te tengo que decir que lo más triste es que creo que gracias a eso lo he perdido. ¿Se puede saber por qué tardas tanto en contestarme? Vale, vale ... ya estoy dando ejemplo otra vez de lo que no tengo que hacer ... Soy impaciente, demasiado ... Lo siento, deveras, no tengo excusa, ni perdón posible ... No soy perfecta, ni me gustaría serlo, solo quiero que me aceptes como soy, que me endereces un poco, que me ayudes a ser mejor. ¿ Por qué no me contestas? Ahora sé porqué dejé de escribirte, tu tardanza... mi impaciencia. Pues ahora no pienso desistir, te voy a seguir escribiendo, aunque me desespere confio en que me responderás, algún día.
Esta carta es urgente, dime ¡cómo se pide perdón después de una ofensa! Si con una palabra no basta ... ni tan solo con una acción. Sé que sabes que me he pasado ... ¿cómo lo arreglo? Ya no lo puedo arreglar... Dos orgullos enfrentados. Espero que me contestes esta noche, no me falles.
¡ Hasta pronto mi consejera Existencia !
lunes, 2 de agosto de 2010
domingo, 1 de agosto de 2010
Querida Existencia
Querida Existencia :
¡Qué extraño es todo! ¿verdad? Hace tiempo que no te escribo, pero déjame excusarme por favor, y esque hace tiempo que no siento el vacío que me impulsaba a escribirte a menudo preguntándote el sinsentido de la vida, de la existencia de los sentimientos y el por qué del sentir. Supongo que ya lo sabrás, lo sabes todo, ¿no? Empiezo de nuevo, otra vez, de cero. ¡Ay! ¡Querida Existencia...! Te crees todo, pues lo eres, me debo a ti, a tu servicio, de ti dependo hasta que me sueltes, pero mientras me dejes ir junto a ti volveré de nuevo a escribirte, con tu permiso.
Como ves, he dejado las formas contigo y no es por mala educación ni porque esté enfadada sino, porque aunque me lleves muchos años de experiencia, mi amiga existencia eres tan joven como yo.
No quiero reprocharte nada más, ni preguntarte nunca más el porqué... tus respuestas son confusas y largas... y tardías, te escribo para pedirte un favor, supongo que uno de tantos que te han pedido y he pedido, quiero que me enseñes a caminar, a ir bien! Estoy harta de los errores cometidos sabiendo de antemano que lo eran, de pensar más con el alma que con la cabeza, harta de los juegos, de la avaricia, del vacío otra vez que me invade cada noche... cansada de las mentiras, la hipocresía... Quiero que me enseñes a mirar, a observar, a distinguir, a ser selecta...
Quizás soy demasiado pasional, rectifico Existencia, lo soy; y eso, a veces ... me hace daño. ¡ Enséñame a razonar, a ser mesurada como el Mio Cid ... enséñame a vencer con razón ...
Si, lo has notado, ¿ verdad? Estoy triste, pero... los sentimientos tanto de alegría como de tristeza son los que nos hacen estar vivos ...
¡Hasta pronto amiga Existencia ... !
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