Como hace unas noches, al llegar estas horas me proclamo vencedora del dolor inesperado, de las luces de la calle y el silencio que no calla. Intentando renovar mis pensamientos, busco la paz que perdí aquella noche y encontré al mismo tiempo: tus manos. Mi posición: Indiferencia a la rabia que me produce la felicidad... pero yo, yo querida amiga me limito a no mover tu sonrisa, como quedamos. Cada día al despertar, cierro fuertemente los ojos y apago el no tenerte para retener cada mirada que me has regalado... y no quiero llorar, para no borrarlas.
Como te iba diciendo, otra noche estoy al borde de mi misma y quizás, del desgarro, pero tranquila, lunática y siempre, entera. No te voy a negar que aprieto mi alma hasta casi ahogarla, la pongo a prueba, para que al ver la luz de tu vida se desmaye y no sienta. "Confesarte he" que nunca un verano había sido tan frío.
Tanto me da... que me da igual, aunque te empeñes en intentarlo. No vale la pena. Pero pasa otra noche, y puedo proclamarme vencedora, sí... vencedora al pulso que le echo a la vida, porque yo también lloro, río y siento aunque sea una cobarde. No estoy triste porque sé que estás aunque no estés. Y cada palabra escrita, léela bien... pues está escrita desde la meditación de la naturaleza y desde el sosiego que me produce un ya recuerdo.
Hasta hoy no he sido consciente, pues hoy he sido lectora y espectadora y la función ha acabado, dejándome ese gusto agridulce del imposible y hoy empieza mi vida de nuevo, no te engañes... empezaré desde la oscuridad de la vaguedad de tu sombra, pero también desde la calma, la honestidad y el amor más bello.
Atentamente y con cariño:
El fantasma dels ulls blaus.
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