1:44 am
Hoy es una de esas noches en las que no puedo dormir. No me pasa a menudo, y siempre que me pasa… ese maldito nudo en la garganta que me medio ahoga en medio de la oscuridad que abraza esta habitación, que ni siquiera es la mía. Estoy cansada, pero no es motivo suficiente para que mi cuerpo y mente descansen por unas horas de este mundo.
Hay cosas que nunca llegaré a entender, entre ellas: a mí. Y es que nunca voy a conseguir aprender a pesar de todo. Repaso mentalmente mis aprendizajes contigo, Existencia: he aprendido a sonreír, he aprendido a perdonar, he aprendido a respetar aunque no comparta, he aprendido a saborear cada segundo del día siempre pensando que será bueno para mi futuro, he aprendido a mirar a los ojos, a decir la verdad, he aprendido a dejar que me toquen la piel, a templar mis sentimientos, a no tener prisa, a mantener los pies en el suelo sin dejar de soñar, a querer el tiempo a paso de tortuga e incluso he aprendido a sentir… Y aún así…vuelvo a suspender, me decepciono, solamente conmigo porque quizá realmente no he aprendido, o solo he aprendido a pensar que lo he hecho…¿Qué?, No me mires así, sí… estoy viendo tu cara y ¡odio cuando me miras así! Otra vez, sí ¿y qué?... ¡he dicho que no me mires así! Sabes que tengo razón, y como alguien me dijo no hace mucho: Todos pasamos por las mismas situaciones pero nos diferencia la manera de afrontarlas. Esta vez, lo voy a intentar, me necesito a mí, reorganizar mis pensamientos y jerarquizar mis valores y principios que puede ser, por mi edad… aún haya alguno que vague de un escalón a otro sin saber muy bien su posición. Ahora, no quiero ser un fantasma, ya no quiero serlo…
Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
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